Curly thoughts…

La primera vez que escuché esta frase me llamó tanto la atención que quedó rondando en mi cabeza y hasta haciendo eco durante un tiempo, fue ahí cuando empecé a recordar todas las veces en que me ha gustado alguien y a compararlas con las pocas veces en que realmente he amado alguien. 

Sé que este mundo está lleno de artículos cliché y que muchos de nosotros no queremos caer en el mismo agujero, ¡peero! sentí el impulso de escribir sobre esto porque hace algún tiempo entendí que; creánlo o no, ser parte del montón no está mal, en lo absoluto, y menos cuando de mostrar tus emociones se trata.

Debo reconocer que no fue una gran sorpresa cuando me di cuenta que han sido muchas, muchísimas las veces en que me ha gustado alguien o algo pero no me he sentido completa del todo, la gran sorpresa llegó cuando descubrí cuan certera y fiel es esa frase en mi vida. Pero no, no estoy hablando solo de personas o parejas, hablo de amigos, relaciones, trabajos, cosas, momentos e incluso recuerdos, y decido compartir esto con ustedes porque probablemente muchos tienen un reflejo de esa frase en sus vidas y ni siquiera lo han notado, recuerden que muchas veces no nos damos cuenta de lo que sentimos hasta que lo decimos en voz alta.

Descubrí que puedes experimentar el verdadero sentido de la frase en cada instante que pasas con tu amor, tu amigo, tu novio, tu parcero, o como sea que llames a la persona que elegiste para compartir tu vida. Puedes sentirlo cuando él o ella te cuida si estas enfermo y se preocupa por ti y tu bienestar. Cuando te apoya en todas las ideas, planes, proyectos o simples caprichos que se te ocurren. Cuando te abriga en los días fríos e incluso cuando te dice que te ama inmensamente antes de dormir durante las noches en que cada uno se acuesta en un extremo opuesto de la cama por culpa del sudor producido por el calor, el verano o la variación del clima. Cuando te despierta con una taza caliente de café o una Coca-Cola helada, dependiente de lo que pasó la noche anterior… O cuando te hace reír por el simple hecho de escuchar su voz al otro lado del teléfono después de un largo día. O cuando se burlan el uno del otro y hasta de ustedes mismos y no pueden parar de reír. O cuando mientras conducen, cantan y bailan esa canción que nunca cantarían si no estuvieran juntos.

Entiendes que amas “a pesar de” cuando eres absolutamente consciente de que el otro no es perfecto, pero para ti es el número uno, el real, el que es, el único, el eterno, tu por siempre. Lo entiendes cuando dejas de preguntarte e imaginar “Que hubiera pasado si…” y empiezas a disfrutar, saborear y deleitarte con el presente, el hoy y el ahora, sin quejas, sin reclamos, sin suposiciones, sin añoranzas o melancolía… 

Lo sé porque es exactamente lo que me pasó a mi, y no puedo estar más feliz y agradecida por haber escuchado esa frase: “te gusta porque, pero amas a pesar de” y haberme tomado el tiempo de analizarla, porque fue ahí, en ese instante, el momento que la vida eligió para decirme: ¡Hey, estás justo en donde debes estar!

***Encuentra la version en Inglés en mi siguiente publicación.***